¿A quién queremos engañar? Todos amamos a nuestro auto, esa máquina confiable de metal, vidrios y ruedas. Pero hay momentos que quisiéramos obviar, cómo llevarlo al servicio de mantenimiento. Hay a quienes se les olvida, otros que viven en pánico, esperando que el momento de llevar su auto a servicio de mantenimiento llegue. Y es que es la clave para mantener en forma a tu vehículo y evitar sorpresas desagradables en el camino. ¡Vamos a conocer la importancia de cuidar a tu amado automóvil!
Primero, y esto puede parecerte un poco extremo, vamos a imaginar por un momento que tu auto es como un ser humano. Tiene un sistema digestivo, sí, el tanque de gasolina. Si no le das la comida adecuada (combustible de calidad) y lo llenas hasta el tope, no esperes que te dé su mejor rendimiento. Además, recuerda que el personal de la estación de servicio no es experto en nutrición automotriz, así que asegúrate de elegir el alimento adecuado para tu vehículo, de acuerdo con el manual y de las recomendaciones que te dieron en la agencia. ¡Nada de darle de comer taquitos en lugar de gasolina!
Así como el doctor nos recomienda que debemos hacer ejercicio, tu auto también debe ejercitarse y, para hacerlo, necesita unos buenos tenis.¿Cuándo fue la última vez que revisaste la presión de los neumáticos? Si están muy inflados, podría parecer que estás saltando en un trampolín y corres el riesgo de que se revienten. Si, en cambio, están muy desinflados, sentirás que estás llevando arrastrando una carga muy pesada, ¡el lastre de no revisar las llantas! Así que dedica un momento a esas llantas…, ¡no te arrepentirás y, además de todo, optimizaras el uso de combustible!
Ahora hablemos del sistema de circulación de tu vehículo, el aceite. Imagina que se traduce en la sangre de tu motor. Si te olvidas de cambiarlo regularmente, tu motor podría terminar como un estudiante en un examen de Cálculo integral: estresado y sin saber qué hacer. Así que, por el bien de tu motor, que es el cerebro de tu auto, haz citas regulares para cambio de aceite. ¡Tu coche te lo agradecerá!
Sin embargo, el mantenimiento no se trata solo de consentir a tu vehículo. También constituye la mejor forma de prevenir y de estar preparado ante averías inesperadas. Imagina que viajas en carretera, con tu música favorita sonando a todo volumen, cuando de repente, el motor empieza a hacer ruidos extraños. Si hubieras llevado a tu auto a una revisión preventiva, ese ruido extraño podría haberse detectado y no estarías nervioso en la autopista. ¡Te aconsejamos que no ignores lo que te dice tu coche, porque aunque no lo creas, cuando deja el silencio es que algo no anda bien!!
Además de mantener a tu vehículo en buen estado, el servicio regular también representa una buena inversión. Piénsalo de esta manera: si tu auto es como una cuenta bancaria, el mantenimiento es como hacer depósitos regulares. Si dejas que tu cuenta se agote y solo haces retiros, eventualmente te encontrarás en problemas financieros. Lo mismo ocurre con tu automóvil. Si solo lo conduces y no te preocupas por darle los cuidados necesarios, tarde o temprano enfrentarás a gastos sorpresa que podrían haberse evitado con servicios preventivos. Así que es mucho mejor invertir en una buena revisión que en reparaciones costosas.
Así que ya lo sabes: cuidar de tu automóvil con un servicio de mantenimiento regular es como si alimentaras a tu mejor amigo con la comida adecuada, te aseguraras de que tiene las herramientas para hacer ejercicio y que no hay problemas de circulación.. Además, evitas sorpresas desagradables en el camino y, a futuro, ahorras tiempo y dinero.. ¡Recuerda que el mantenimiento puede salvar vidas! Después de todo, tu auto es más que una máquina, es tu compañero de aventuras. Cuídalo con empeño y con lealtad, y verás que te dará muchas satisfacciones.